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viernes, 24 de septiembre de 2010

ENTREVISTA A JOSÉ JOAQUÍN "PAPÁ" CARRILLO

JOSÉ JOAQUÍN “PAPÁ” CARRILLO.
EL PAPÁ DEL VOLEIBOL, BASKETBOL, FUTBOL Y ATLETISMO.

Quizás, por los más jóvenes, José Joaquín “Papá” Carrillo es relacionado directamente con el gimnasio del Parque Miranda, en Sebucán, aunque otros lo conectarán con el voleibol, pero también practicó baloncesto, beisbol, atletismo y fútbol.

Se trata de uno de los pioneros de la selección venezolana de voleibol, cuyo apodo se debe a un suceso ocurrido en una práctica de atletismo, no a que fuese el más viejo del equipo como pueden pensar muchos.

“Sucedió en los terrenos donde ahora está la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, en El Paraíso. Allí había un estadio y el profesor Andrés Gallardo nos explicaba cómo tomar y lanzar el disco. Germán Garrido, quien luego llegó a ser un destacado atleta, intentó hacer un lanzamiento pero el disco se le soltó y me pegó en la cara”, recuerda sin perder detalles.

“Me llevaron al puesto de socorro de salas y colocaron un adhesivo que, según los demás muchachos, me hacía parecer a un viejo, a un ‘papá’. Como consecuencia de eso en un partido de beisbol en el que jugaba, alguien gritó entre los aficionados: ‘Papá Carrillo’ refiriéndose a mí. El periodista Francisco Garrido reflejó ese detalle en las páginas de El Heraldo y desde entonces me dicen así”, aclara sobre el origen del apodo por el que es conocido.

VERSATILIDAD

En el beisbol defendía la primera base, jugó con el Magallanes juvenil; en atletismo hacía las pruebas de 100 metros y salto (largo y alto), en baloncesto se desempeñaba como centro delantero (pívot), en fútbol aparecía como arquero y en voleibol, el deporte en el que fue más prolongada su presencia, actuó como rematador, señala.

Desde 1986 el gimnasio de Sebucán lleva su nombre, “se le cayeron unas letras”, se queja en un pequeño recibo de su residencia en La Pastora, en la que ha vivido 67 años, desde que se casó con Juana Irene.

Balanceándose en una mecedora observa la pared de enfrente, adornada con fotos y muchos de los trofeos y reconocimientos que recibió en su dilatada y fructífera campaña deportiva.

“Esa foto de arriba fue tomada (en la tribuna del velódromo Teo Capriles) antes del viaje para el Mundial de Sao Paulo, Brasil, en 1960, en el que quedamos décimos. Fue la primera participación de Venezuela en un Mundial de Voleibol y pronto la Federación celebrará el medio siglo de ese acontecimiento”, expresa con la mirada fija en ese recuadro.

Un diploma enmarcado y ubicado un poco más abajo lo traslada 72 años atrás, cuando apenas contaba con 15 años.

“Ése me lo dieron por mi participación en los I Juegos Deportivos Bolivarianos, realizados en 1938 en Bogotá, Colombia, donde nuestra selección de voleibol ganó la medalla de oro”, rememora.

No podía faltar la anécdota de aquella primera vez de los Juegos Deportivos Bolivarianos.

“Para intervenir en esos juegos salimos desde Caracas un domingo a las siete de la mañana y llegamos a la capital colombiana el domingo siguiente. Realizamos el viaje en un autobús”, recuerda con risas la incomodidad de aquella larga aventura por carretera.

Con cierta dificultad, producida por una prótesis en su rodilla izquierda y la molestia en la derecha que “quizás también tenga que operarme”, se levanta para referirse a un dibujo de su rostro.

“Mi esposa, fallecida hace quince años, me dejó una herencia de cinco hijos, once nietos y cuatro bisnietos. Ese dibujo me lo hizo uno de los nietos”, sostiene con satisfacción.

¿EL PAPÁ DEL VOLEIBOL?

“Eso dicen muchos, pero la verdad es que cuando empecé a practicar voleibol ya habían otros haciéndolo. También hay quienes sostienen que hablar de voleibol es hablar de ‘papá’ Carrillo, pero eso es cuestion de ellos”, señala sobre los comentarios tejidos en torno a su relación con el deporte de la malla alta.

Del voleibol venezolano de la actualidad sostiene que “ha crecido bastante, ha estado en la Liga Mundial, todo cambia. Cuando yo estaba en la selección nacional el promedio de estatura era de 1,90 metros, más o menos, ahorita creo que rebasa los 2,00 metros”, compara “Papá” Carrillo, quien sobresalió en esa disciplina con un tamaño de 1,81 m.

“Lo que no estoy de acuerdo es con ciertos choques entre directivos y jugadores, aunque los solucionaron”, señala.

Papá o no del voleibol venezolano a José Joaquín Carrillo hay que besarle la mano, por lo que ha significado como referencia para ese deporte en el país.

POR; JUAN CERMEÑO/CIUDAD CCS.
FOTO JONATHAN MANZANO/CIUDAD CCS.

2 comentarios:

Sara dijo...

Que bien que le hicieron esta entrevista al Papá Carrillo.

Unknown dijo...

Hoy (21/07/2014)tuve la oportunidad de estrechar la mano de este gran deportista venezolano, a sus 92 anos de edad. Un honor.